domingo, 1 de mayo de 2011

Clásicos de la literatura fantástica (II).




Esta vez voy a hablaros de Dune. Lo primero, si ya se que Dune es un libro de ciencia ficción no tecnicista ni prospectiva con aires de alegoría reflexionista. Que se supone que aquí hay que hablar de elfos, espadas y dragones...ya ya. El caso, no me parece necesario iniciar otra serie de post que tengan por titulo "clásicos de la literatura de ciencia ficción" y además no conozco bastantes obras para hacer algo digno de llevar ese nombre. Con esta introducción vamos con la entrada.

Dune.Dune. ¿Qué decir que no se haya dicho ya de Dune? Hay ensayos escritos sobre Dune, hay gente que se masturba antes, después y durante la lectura de Dune, Dune fue (y al menos en mi cabeza es) casi una religión oscura conformando los tres tomos principales su necronomicón.
Estamos ante lo que por la crítica especializada general es uno de los pilares básicos que llevan al genero más allá de la literatura de quiosco para consumo masivo de adolescentes con falla en las relaciones sociales.
Si me entretuviera a describir el increíble universo, la proto historia ficticia desgranada, la indecible palpabilidad de sus personajes, y la infinidad de referencias a la propia historia de la realidad social mundial...me dedicaría a esto a tiempo completo y Radamantis tendría que ponerme un sueldo.
Resumiré diciendo que es un libro de ciencia ficción suave que no se pierde en interminables discursos hipotéticos sobre el funcionamiento de aparatos futuristas, cosa que por la época en que se publico (1965) era la moda en este submundo.
Rompiendo con los esquemas tradicionales se nos presenta un universo a la vez avanzado, retrasado y actual. Hay viajes interestelares, pistolas de rayos láser y escudos de fuerza, junto a una estructura imperialista feudal y duelos de espadas todo aderezado por compañías comerciales monopolistas cuyas acciones en bolsa cuentan tanto como las decisiones del emperador.
La historia presenta temas profundas como la ecología cultural, la crisis energética, las luchas de poder político, el culto mesiánico fanático y la eugenesia positiva. Todos de primerísima polémica en nuestra realidad.
Y por el medio encuentra sitio para el honor familiar, el ansia de poder y venganza, la corrupción de los poderosos, las intrigas y asesinatos de corte, las alucinaciones colectivas con relaciones incomprensibles con la cuántica (como la cuántica en si misma vamos) y otros temas más mundanos como el héroe liberador y el protagonista agobiado por la magnitud de los acontecimientos.
Podría empezar a hablaros del emperador Shaddam IV que merced a la lealtad de sus guerreros de élite los Sardaukar, criados en el planeta prisión de Salusa Secundus, gobierna con mano autoritaria el consejo de las casas reales del Landsraad.
O contaros los métodos de condicionamiento fisiológico y uso de narcóticos prescientes con los cuales las Bene Geserit, una orden femenina monástica, buscan a cualquier precio guiar a la humanidad hacía el bien.
También podría intentar esbozar el carácter y trasfondo de personajes tales como el eunuco genético asesino Hasimir Fenring,o de Stilgar el Naib de los Freemen, pueblo noble y libre en las debastadas tierras de Arrakis, o de Dama Jessica que debido al amor condenó al universo a la destrucción...
O podría dejarme de chorradas y hablaros del personaje principal. ¿Paul Atreides? No que va. Me refería a Dune. El planeta centro (metafórico) del universo, cuyo ecosistema e interrelaciones se ven tan descritas que se adivinan las tendencias hippis de Frank Herbert(que por cierto es el autor) y se aparece a la imaginación como una colosal(uber colosal) criatura viva...casi pensante.
Todo esto y mucho más que ni siquiera doy esbozado con mi profana lengua lo encontrareis en Dune. Me despido con unas lineas que el propio autor escribió:


"...no había espacio en mi mente para preocupaciones acerca del fracaso o el éxito del libro. Estaba preocupado tan solo por escribirlo. Seis años de investigaciones habían precedido al día en el que me senté a hilvanar la historia...Siguiendo a la primera publicación los informes de los editores fueron lentos y como se demostró después inexactos.La crítica había sido severa. Más de 12 editoriales habían rechazado su publicación.No había habido publicidad alguna. Sin embargo algo estaba pasando hay afuera.
Durante dos años me ví inundado por quejas de lectores y libreros acudiendo directamente a mi en su desesperación por que no podían encontrar el libro. Recibía llamadas a todas horas del día preguntando si había iniciado un culto. En principio me reí. Luego me di cuenta de que la pregunta era totalmente sería. Siempre contestaba asustado: ¡Dios santo.No! "

Frank Herbert, extracto de: Escribiendo Dune.


Ah...Dune, Dune, Dune...Buenos tiempos que no volverán.

5 comentarios:

  1. Solo quería puntualizar dúas cousas; a primeira, que xa falamos do teu soldo, e que empregues ós pobres lectores do blog, amén de ser unha arma escasa, é baixo e rastrero xDD. En segundo, creo que debemos resaltar a importancia da auga. Este ben preciado que na nosa terra é natural se convirte no ben máis preciado en Dune, e a súa presencia case agobiante no discurso é un síntoma do ben que captou a filosofía da súa historia o escritor. Sen dúbida, unha referencia da literatura de hoxe e sempre.

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  2. Eu recordo ter visto a película, pero nunca lin o libro. Radamantis, ti telo?
    Un saúdo.

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  3. "(...)hay gente que se masturba antes, después y durante la lectura de Dune(...)" ¿Qué más se le puede pedir a un libro? Quiero leerlo yaaaa...!!! XDDD...

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  4. Pois non, emprestoumo Minos e xa ves que Éaco quere lelo, e estaba antes na lista, pero igual podemos arranxar algo

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