miércoles, 2 de marzo de 2011

Clásicos de la literatura fantástica (I)

Pues en orden de desvirgar este blog, sin contar con la introducción de mi colega Radamante que es más bien como un ligero tocamiento, me pareció apropiada una recomendación literaria. Y es que llegada una cierta edad te das cuenta de que tienes que hacer muchas cosas en la vida y que no tienes todo el tiempo del mundo para dedicárselo a tus hobbies. Por lo tanto, casi como que no te puedes permitir leerte los 16 libros de Drizzt Do´Urden para comprobar (contra todo pronóstico) si alguno vale la pena. Con esto en mente te asalta la siguiente pregunta: ¿Qué leo? Pues yo tengo la única respuesta y es que no hay ninguna respuesta absolutamente acertada ni ninguna totalmente incorrecta. En resumidas cuentas, lee lo que te guste, incluso al colega Salvatore si (Ao no lo quiera) eso es lo que te pone. Pero el gusto como el interés no nacen. Hay que cultivarlos y para eso se necesita información y toda la información tanto mala como buena, incompleta, fragmentada, incoherente o deshilachada es útil para formarte una visión de conjunto.

En fin que voy a daros mi opinión, ni humilde ni grande; solo una desinformada opinión como todas, sobre un libro que no debería faltar en un acervo de cultura friki.
Antes de empezar quiero decir por si hay algún tiquismiquis que soy consciente de que estrictamente hablando en la literatura fantástica (adscribámonos en este momento al subgénero más friki denominado espadaybrujeria) solo existen como clásicos “El señor de los anillos” y como mucho apurando un poco las cuentas las sagas de Conan. Pero estos libros ya son ampliamente conocidos y recomendados por el juez tiempo. Con el titulo sonoramente elegido quería referirme a libros que se salen de lo común, lo cual en este género tampoco es echarles muchos laureles.

Bueno, ahora que ya os estáis aburriendo empiezo. El titulo de la saga es “El ciclo de la puerta de muerte”. Si es una saga. No, no es una trilogía. ¿Tretralogia? Nop. ¿Quintalogia? Equivocado otra vez. Y es que amigo mío estamos hablando de 7 tomos; unos más extensos que otros pero todos bastante respetables. Si ya sé que esto parece la típica medida comercial, más paginas totalmente áridas para la historia, más tomos, más dinero y tachán!!! adoremos todos al poderoso capitalismo. Y si, algo de eso hay, pero a fin de cuentas la vida es así.

A modo de consuelo os diré que hay en principio una justificación más que válida para esa extensión y es que el mundo fantástico descrito no es en realidad un mundo sino 4, que suman 6 si contamos la cárcel a-dimensional del Laberinto y el nexo que da nombre a la obra: la puerta de la muerte.

Hace eones tres eran las razas que habitaron el antiguo mundo; enanos, elfos y humanos gobernados por los dioses de la luz llamados sartán, señores de la magia del canto y la danza. Pero los enemigos ancestrales de estos, los patryn dueños de los secretos de la magia rúnica, se alzaron con brutal fuerza para dominar el mundo y esclavizar a los mensch (los mortales). Los Sartán, no queriendo entrar en una guerra con su enemigo que arrasaría el mundo hasta las cenizas, llevaron a cabo la separación. Destrozaron el tejido de la realidad y con los pusilánimes pedazos de materia que quedaron formaron los 4 nuevos mundos y además encerraron a los patryn en el proceso.
Pero ahora los patryn se han liberado, bajo el mandato del autodenominado señor del nexo resurgen de su prisión con su ansia de venganza sumada a su deseo de dominación.

Y el único que puede detenerlos es…Vete tú a saber por qué el protagonista a través de los ojos del cual conocemos la historia no es un chiquillo que sobrevive del robo ni un paladín ni un guerrero de fortuna sino la mano derecha del señor maligno. Un patryn, uno de los dioses perversos que es elegido para cruzar la puerta y explorar los 4 nuevos mundos además de intentar causar el caos en los mismos.¿Ya no parece tan típico, no?
Esa es la primera diferencia con respecto a la fantasía a la que estamos acostumbrados, pero para nada la última o la más importante. A lo largo de estos 7 tomos encontraremos multitud de personajes bien caracterizados e individualizados imposibles de definir con palabras como picaro, guerrero, mago…. Cuatro ambientaciones totalmente distintas en los cuatro mundos donde las razas han evolucionado tecnológica y socialmente de forma dispar, y quizás lo mejor de todo una vida interior de los personajes principales (que serán difíciles de diferenciar) como nunca se ha contemplado. En vez de pasarse las jornadas limpiando templos abandonados de toda muchedumbre formada por osgos, necrófagos, esfinges y demás panda; los personajes se cuestionarán sus acciones, sus planes, sufrirán con la soledad o el miedo o se sentaran presa de la frustración debida a una forzosa inacción por lo inabarcable de los sucesos en los que se ven envueltos. También se suicidarán o formaran una familia, descubrirán que la luz a veces quema y en la oscuridad nace el amor, que la gente (y los dioses, que son poderosos pero no se libran de las debilidades psíquicas de los mortales) no son malos o buenos, si no que tienen unas motivaciones y unas circunstancias que los mueven de una determinada manera todos dentro de un tapiz que no es sino una alegoría de la vida misma que, recordémoslo, es lo que debe ser toda obra de ficción.

Solo comentar para acabar y para aquellos que puedan sentirse interesados que los autores son nada menos que Margaret Weis y Tracy Hickman (véase wikipedia) y que esta representa la forma más madura e independiente de su ciclópea creación solo superada; tal vez, yo no lo he leído, por una saga denominada de fantasía oscura de cuyo nombre ahora mismo no quiero acordarme.

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